lunes, 17 de enero de 2011

Para que los padres se vistan de poesía

Con el ritmo del latido del corazón de la madre, los pequeños tienen su primer contacto con el ritmo de la poesía, luego, con los arrullos de las nanas, los versos de cuna y los juegos rítmicos, descubren el goce poético.
La poesía es la frontera entre el habla y el canto, implícita en la tradición oral y las manifestaciones estéticas más antiguas, canalizada a través de canciones de cuna que todas las madres del mundo transmiten de generación en generación. Es de esta manera como se ha dado inicio a lo que hoy llamamos “La literatura”
Los invitamos a comenzar este año, vestidos de poesía. Esto significa recordar y también aprender esos versos que acompañan en momentos de llanto, afecto, risa y juego; que más tarde lo acompañarán en su recorrido por la vida.

(...con los dedos)
Este dedo es de mamá,
este otro es de papá,
el más alto es el del hermano con la nena de la mano, el chiquito va detrás, todos salen a pasear.
Este fue por leña,
este la encendió,
este se encontró un huevo,
este lo guisó,
y este pícaro gordo,
se lo comió, se lo comió, se lo comió.

(...para señalar)
Soldadito, capitán, ladrón;
niña bonita de mi corazón.

(...para provocar risa haciendo cosquillas en el cuello)
Luna, luna
dame una tuna
porque la que me diste
se me cayó en la laguna

Luna, luna
dame otro queso;
el que me diste ayer
se me atoró en el pescuezo.

(...para sacar suerte)
Tin, Marín, de do pingüe
Cúcara, mácara, títere fue.

Un gato cayó en un pozo
las tripas hicieron guau,
arre moto piti, poto
arre moto, piti, pa.

Tengo un gallo en la cocina que me dice la mentira.
Tengo un gallo en el corral, que me dice la verdad.

¿Cuántas patas tiene el gato?
Una, dos, tres, cuatro.

¿Qué colores tiene el perro?
Pardo, blanco, negro.

(...para sacar suerte)
Una, do, li, tuá
de la limeñita
osofete colorete
una, do, li tuá

Pisa pisuela color de ciruela
via, via o este pie.

La gallina papanata
puso un huevo en la canasta; puso uno, puso dos, puso tres, puso cuatro, puso cinco, puso seis, puso siete, puso ocho, me despiertan a las ocho con un mate y un biscocho.

(...Para ser perseguido)
Aquí te espero
comiendo un huevo
patatas fritas y un caramelo.

(...para el que perdió su lugar)
Quién fue a Sevilla
perdió su silla;
Quién fue a Morón
perdió su sillón.

(...para hacer llover)
Agua, San Marcos
rey de los charcos
para mi triguito
que ya está bonito
para mi cebada
que ya está granada,
para mi melón
que ya tiene flor,
para mi sandía
que ya está florida
para mi aceituna
que ya tiene una.
Agua, Señor,
que se mojen
los campos,
¡nosotros, no!

(...para que no llueva)
¡Palomita blanca,
pico de coral,
pídele al Señor
que no llueva más!
Fuera en los jardines
se juega mejor...
¡Que se pare el agua,
y que salga el sol!

(...Para el que se cayó)
Al olivo, al olivo,
al olivo, subí.
Por cortar una rama
del olivo caí.
Del olivo caí
¿Quién me levantará?
Esta niña bonita
que la mano me da.

(...para el que se golpeó)
Sana, sana
colita de rana
si no sana hoy
sanará mañana
y si no, pasado mañana.



El sol quería bañarse

El sol quería bañarse
porque tenía calor
Llevaba el calor por dentro.
La luna se lo advirtió;
Pero el sol no le hizo caso, ni siquiera le escuchó. porque el calor que tenía le quitaba la razón, y hacia el caer de la tarde se tiró al mar y se ahogó.
Al ver que se ahogaba el pobre, el cielo se oscureció, las estrellitas lloraban
lágrimas de compasión;
negro todo el mar se puso de tristeza que le dio.
Sólo la luna en el cielo
muy serena se quedó.
“No os asustéis - les decía -
que no hemos perdido al sol.
Mañana de mañanita
saldrá por otro rincón,
más fresco que una lechuga con el baño que se dio”.
A la mañana siguiente, sonriente salió el sol; el cielo se puso alegre, el mar, de gozo bailó, las estrellas se reían del susto que el sol les dio; y la luna, satisfecha, en su cuarto se durmió.
Salvador de Madariaga
España
Se mató un tomate
Ay! ¡Qué disparate!
¡Se mató un tomate!
 
¿Quieren que les cuente?

Se arrojó en la fuente
sobre la ensalada
recién preparada.

Su vestido rojo,
todo descosido,
cayó haciendo arrugas
al mar de lechugas.

Su amigo el zapallo
corrió como un rayo
pidiendo de urgencia
por una asistencia

Vino el doctor Ajo
y remedios trajo.
Llamó a la carrera
a Sal, la enfermera.

Después de sacarlo
quisieron salvarlo,
pero no hubo caso:
¡estaba en pedazos!

Preparó el entierro
la agencia “Los Puerros”.
y fue mucha gente...
¿quieren que les cuente?

Llegó muy doliente
Papa, el presidente
del club de Verduras,
para dar lectura
de un “verso al tomate”
(otro disparate)
mientras, de perfil
el gran perejil
hablaba bajito
con un rabanito.

También el laurel
(de luna de miel
con doña nabiza)
regresó de prisa
en su nuevo yate
por ver al tomate.

Acaba la historia:
ocho zanahorias
y un alcaucil viejo
formaron  cortejo
con diez berenjenas
de verdes melenas
sobre una carroza
bordada de rosas.

Choclos musiqueros
con negros sombreros
tocaban violines,
quenas y flautines,
y dos ajíes sordos
y espárragos gordos
con negras camisas
cantaron la misa.

El diario “ESPINACA”
la noticia saca:
-HOY, ¡QUÉ DISPARATE!
¡SE MATÓ UN TOMATE!-

Al leer, la cebolla
llora en su olla.
Una remolacha
se puso borracha.
— ¡Me importa un comino!
—dijo don Pepino...
y no habló la acelga
(estaba de huelga).

Elsa Bornemann
Argentina